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El líder y la fijación de objetivos

Por: Luis Tayron Losada Pedraza - DBA

FIJACIÓN DE OBJETIVOS

No me imagino un liderazgo transformacional, divorciado de una clara comprensión acerca de los objetivos y de las metas a perseguir. El punto de partida por supuesto en la vida de este líder transformador, es la definición de unos objetivos. Dichos objetivos deben reunir las características que le dan vida, aliento y vigor a los mismos. Un objetivo bien definido, ante todo debe ser positivo, retador, alentador, medible, realista, difícil de alcanzar, pero posible de lograr. Las organizaciones se mueven en tres escenarios diferentes:

En el primer grupo se encuentran aquellas organizaciones que no definen sus objetivos. El resultado, ya lo imaginamos.
En el segundo escenario se encuentran aquellas organizaciones que sí definen sus objetivos, pero éstos no reúnen las características de un objetivo bien definido
En el tercer escenario se encuentran aquellas organizaciones que a diferencia de las citadas en los numerales anteriores, éstas sí definen sus objetivos y hacen que dichos objetivos reúnan las condiciones y características necesarias. Lamentablemente no los comparten con sus gentes. Esto y nada es exactamente lo mismo. De nada sirve definir los objetivos, a pesar de que estén muy bien definidos, si no los compartimos con el equipo. Va a ser muy difícil, si no imposible, obtener un resultado extraordinario cuando la gente no sabe para dónde va. Si usted ya sabe lo que cree y quiere, tiene una importante ventaja.
El fijar metas de desempeño y objetivos, es generalmente aceptado como parte del trabajo de quien lidera en una organización. La facultad para fijar metas específicas, revisar el progreso y dar retroalimentación periódica, es un principio general en la administración, principio que debe formar parte de las habilidades de todo líder para aplicarlo en sus actividades diarias. Los mejores líderes están comprometidos con su visión y sus objetivos, éstos se convierten en su causa.

Cualquier aspecto que merezca discusión, que requiera un cambio en el comportamiento del empleado, debe estar relacionado con el logro de una meta específica.

Las metas que deben ser cuantitativas, son una fuente de retroalimentación, de responsabilidad y de evaluación. Los objetivos bien establecidos son muy efectivos para mejorar el desempeño de la gente en las empresas.

Los objetivos bien formulados contienen tres elementos generalmente aceptados:

Un verbo activo, por ejemplo aumentar
Resultados medibles
La fecha en que se alcanzará el objetivo.
Puesto que los resultados van en función del comportamiento de la gente, se debe tener en cuenta esta pregunta clave: ¿Cuáles son las circunstancias que permiten que un empleado se desempeñe de tal manera que logre sus metas?.

Además de que los objetivos sólidos deben ser medibles, tomando en cuenta la información y las consecuencias, la probabilidad de éxito en el cumplimiento de las metas, tiene un fuerte impacto en la motivación del empleado. Las metas que se ven como demasiado fáciles de alcanzar, afectan la motivación. Por el contrario, las metas que presentan dificultad y reto, pero al mismo tiempo son potencialmente alcanzables, contribuyen a elevar la motivación.

LA RETROALIMENTACIÓN Y EL SEGUIMIENTO

El tiempo empleado analizando cualquier asunto representa una inversión, en función de la calidad de la acción que siga al análisis. Es claro la importancia que tiene el seguimiento de cualquier acción sobre la solución de problemas, con una retroalimentación periódica.

Mediante el refuerzo, la retroalimentación y las correcciones, el empleado se da cuenta que la acción acordada es lo suficientemente importante para continuar verificando su progreso. La retroalimentación actúa como un evaluador para que el empleado reafirme su entendimiento y habilidad para trabajar sobre el asunto y alcanzar la meta establecida.

Frecuentemente, las soluciones más efectivas a los problemas, solamente se pueden dar mediante una comunicación abierta. Las sesiones de retroalimentación deben animar al empleado para que adecue su comportamiento y su accionar, sin ponerse a la defensiva. Esto promueve la autoestima, reafirma confianza en sí mismo, eleva los niveles de competitividad y despierta el compromiso personal.

Una forma de asegurar que se mantenga la comunicación, es fijar fechas específicas de seguimiento, ligadas a metas también específicas. Esto anima a la solución de problemas y brinda la oportunidad para la reevaluación, reforzamiento y mejoramiento. Muchas personas se dejan fascinar por los detalles y olvidan lo que buscan. No son las explicaciones las que nos hacen avanzar; es nuestra voluntad de seguir adelante, con una buena capacidad de reacción frente a los problemas y la adversidad. Mejor preguntar dos veces que perderse una vez, reza un proverbio Danés.